sábado, 16 de julio de 2011

Hay muchas teorías gerenciales, pero de todas, la mejor es la LQF: ‘Lo Que Funcione’.


Álfonso Ávila, presidente de Easy Fly, quien explica la estrategia que diferencia a su empresa.
Foto: Archivo Portafolio.co

Alfonso Ávila explica cómo ha logrado el crecimiento en los 3 años que lleva funcionando la empresa.


Un hombre tranquilo y feliz. Esa es la imagen que refleja el presidente de una de las aerolíneas más jóvenes del país, Easy Fly.

Y es que para Alfonso Ávila los aviones son su pasión.

Tal vez el hecho de conocer el sector como la palma de su mano, han hecho que a tan solo tres años del nacimiento de la empresa, este año planee utilidades del orden de los 8.000 millones de pesos.

¿Cómo le ha ido a Easy Fly?

Ya llevamos tres años. Hemos tenido crecimientos bien interesantes; hemos alcanzado a transportar más de 500.000 pasajeros al año. Nuestra participación en nuestro nicho de mercado la subimos en 10 puntos el año pasado, y ya llegamos a 32 por ciento.

¿Cuál es el mercado que le interesa a Easy Fly?

La vocación de Easy Fly ha sido atender todas las ciudades intermedias en una forma eficiente. Donde hay un vuelo diario, nosotros montamos dos. Donde no hay operación aérea directa, montamos la operación directa, por ejemplo, desde Bucaramanga a Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.

Las otras aerolíneas que atienden estos destinos, lo hacen a través de Bogotá, con una demora de hasta 5 horas, nosotros lo llevamos en una hora.

¿Ese es el secreto del éxito?

Ese es en parte el modelo de empresa que tenemos. Lo otro es que cuando hay un solo operador, la tarifa es más alta y el servicio se deteriora.

Nosotros estamos en esas rutas y eso lo hemos hecho por ejemplo en Arauca y hemos tenido una excelente acogida.

¿Qué los ha llevado a crecer?

Naturalmente, escoger bien el nicho del mercado: para nosotros son las ciudades intermedias. Escoger el equipo apropiado para ese nicho: seleccionamos un avión que es muy eficiente en combustible.

Ofrecer un producto diferencial. Por ejemplo: se pueden ofrecer buenos itinerarios. Tratamos de ofrecer en la mañana y en la tarde para que el pasajero pueda regresar el mismo día, y nuestros aviones lo permiten porque son pequeños. Ofrecer mayor número de frecuencias, que es complemento de lo anterior. Hacemos tránsitos muy rápidos, de 15 minutos.

No llevamos al pasajero a pasear por otras ciudades antes de llevarlo a su destino final. Y unas tarifas módicas: tratamos de hacer honor a nuestro nombre. Que sea fácil volar.

¿Qué consejo le da a sus subalternos?

Hay muchas teorías gerenciales, pero de todas, la mejor es la LQF: ‘Lo Que Funcione’. Creo que en la gestión de las empresas hay un error muy frecuente: el costo de las decisiones en el tiempo.

La aviación es un negocio intenso en capital, entonces les digo que cada decisión que usted se demore en tomar le puede costar varios millones de dólares. En términos de servicio les digo que atiendan al pasajero como si ellos fuera el pasajero. ¿Cómo me gustaría que me atendieran?

Tomado de portafolio.co el 16 de julio de 2011
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