domingo, 12 de enero de 2014

Una experiencia Homecenter

Demasiados metros cuadrados en un almacėn hacen pensar que el servicio al cliente cuenta con parecidas o superiores dimensiones.

Comencemos por el momento de la entrada al parqueadero, en donde la fila de carros no se hacia esperar ya que las maquinas que emiten tarjetas y que reemplazan a los humanos estaban agotadas, por consiguiente, solo hasta que un humano apareció una hora despues se logró movilizacion para ingresar al almacén.

Continuemos por el momento en que paso por la caja registradora y la cajera detecta un producto deteriorado.... se le indica al encargado del empaque que busque otro producto para cambiarlo... después de ires y venires no hay... conclusión, se tuvo que buscar una pieza de otro producto para que finalmente encajara con el que se estaba comprando.

Finalmente, se quiso hacer una devolucion de un producto y cuando fuimos por el ficho al centro de atencion de devoluciones nos dieron el numero 977, y el turno iba en el 70 aproximadamente. Teniendo en cuenta que la sala de espera estaba llena, no quedaba mas opcion que esperar. Una hora despues y viendo que todos pasaban menos nosotros, preguntamos a la encargada a qué horas le tocaba el turno al numero 97, para lo cual nos respondió que el numero 77 hace rato se habia llamado. Es decir, el ficho se leia con los dos ultimos dígitos y no con los dos primeros.

Una experiencia Homecenter....