Seis aspectos para definir a un negocio como “inclusivo”:
Sostenibilidad: debe conjugar, en el mismo programa, los criterios de crecimiento económico, progreso social y equilibrio ecológico.
Mejora la calidad de vida: además de generar ingresos a la población impactada, contribuye realmente a que sus condiciones mejoren, con base en los criterios para la definición de la pobreza.
Acompañamiento: debe contar con capacitaciones constantes y la asesoría de la empresa ancla, que incluye a la población en su cadena productiva. No se trata solo de asignar tareas o vender productos, la clave es convertirla en gestora del proyecto.
Efecto bola de nieve: aunque en un principio su impacto sea pequeño, debe poder proyectarse para incluir a más personas de esa comunidad o una similar que también sea de interés para el anunciante.
Gana-gana: como todo negocio, debe ser rentable tanto para la comunidad como para el anunciante; no se trata solo de hacer inversiones sino de recibir utilidad a cambio.
Medible: como todo negocio, debe contar con indicadores cuantitativos y cualitativos que permitan evaluarla y hacer seguimiento de sus resultados.
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