sábado, 27 de noviembre de 2010

Capital Social

Mucho se sigue hablando en referencia del capital social, pero no es frecuente encontrar una definición sencilla y neutra sobre el concepto. Es por ello que publico este documento que elaboré en el año de 2005.

Definición de Capital Social Para definir el capital social tomé la definición de Carlo Trigilia. Consideré que era la más apropiada ya que es una definición sencilla, amplia y que describe claramente qué es el capital social.

“El capital social puede entonces considerarse como el conjunto de las relaciones sociales de las que en un determinado momento dispone un sujeto individual (por ejemplo, un empresario o un trabajador) o un sujeto colectivo (privado o público)” (Trigilia, 2003: 129)

El capital social se acumula, se crea, se mantiene y se destruye. Es el único capital que no disminuye o se agota con el uso, al contrario, entre más se usa, más crece (Kliksberg, 1999: 89). Pero, como todo capital, necesita de constantes inversiones, genera costos (tales como tiempo, dinero, atención, información, etc) y beneficios (Piselli, 2003: 59-60) (como información compartida, actividades coordinadas, toma de decisiones colectivas, buenos canales de comunicación, veeduría social, seguridad, etc1). Asimismo, facilita la consecución de fines que de otra manera no serían alcanzados o tendrían un costo mucho más alto (Trigilia, 2003: 129. Putnam, 2002: 177). Y esto es en esencia el valor del capital social: que al utilizar nuestra red de relaciones y ponerla a funcionar, podemos alcanzar nuestros objetivos de una manera más sencilla y eficaz (Piselli 2003, 60).

Para que se pueda construir capital social es necesario que en las relaciones que se establecen sea posible la existencia de una identidad más o menos duradera y que ésta sea reconocida por quienes participan de la relación. Además, los participantes deben hipotetizar formas de reciprocidad o de solidaridad (Pizzorno, 2003: 24). Para que esto se dé, es preciso que exista un mayor o menor grado de confianza entre los participantes (Putnam, 2002: 14) y unas normas sociales básicas de reciprocidad.

El capital social es el capital de las relaciones, pero no todas las relaciones construyen capital social. Las relaciones de mero intercambio o encuentro entre individuos que no continúan con esa relación no construyen capital social porque no es necesario que la relación sea reconocida por la identidad del otro (Pizzorno, 2003: 23). Por ejemplo, tomar un taxi no construye capital social entre el pasajero y el conductor o con el pasajero que se sienta al lado de uno en un bus no se construye capital social. Las relaciones de hostilidad y explotación tampoco construyen capital social ya que se trata de anular la identidad del otro.

El capital social es neutro, no es ni bueno ni malo y siempre va a generar un beneficio para quienes actúen en una relación. Pero los efectos del capital social no son siempre positivos, en términos sociales, políticos y de desarrollo económico; en algunos casos las acciones que se cometen gracias a esa red de relaciones pueden ser perjudiciales para el resto de la sociedad2 y pueden generar dependencia política, clientelismo, corrupción y economía criminal (Trigilia, 2003: 139).


La riqueza, en términos de capital social, está dada por el número de relaciones que posee un individuo, una colectividad o una sociedad y por el nivel de dependencia entre unos y otros (Piselli, 2003: 57). Entre más conectada esté una sociedad a través de mecanismos de solidaridad y de reciprocidad, mayor será su reserva de capital social y serán mejores las condiciones de bienestar para los sujetos que vivan en ella (Putnam, 2002: 28). Esto es posible porque el capital social puede influir en la valoración y crecimiento del capital humano y del capital financiero (Trigilia, 2003: 134)

No se debe olvidar que el capital social está mediado por la cultura ya que ésta determina los principios de reciprocidad, confianza, solidaridad, cooperación, etc. Formas de Construir Capital Social “El capital social es el resultado de estrategias de inversión, intencionales o inintencionales, orientadas a la constitución y reproducción de relaciones sociales duraderas, capaces de procurar, con el tiempo, lucros materiales y simbólicos” (Piselli, 2003: 55-56)

El capital social puede ser construido de diferentes maneras dependiendo de las características iniciales con que se generan las relaciones. En algunas ocasiones surge como un subproducto de otras actividades (Trigilia, 2003: 137). Por ejemplo, en actividades recreativas, académicas y deportivas, pueden generarse relaciones que no estaban previstas pero que posteriormente pueden fundar las bases con las cuales se construye capital social. Por ejemplo, un grupo de estudiantes universitarios provenientes de la costa conforma un grupo de trabajo para mejorar su rendimiento académico; se abre convocatoria para representante estudiantil y este grupo lanza su candidato y gana las elecciones.

Cuando se va analizar la forma en que se construye el capital social se debe tener en cuenta su orientación y su naturaleza. Las formas básicas del capital social son las siguientes: el capital social como recurso individual y como recurso colectivo (Piselli, 2003), formal e informal, público o privado, denso o diluido (Putnam, 2002).


El capital social: recurso individual

Cada individuo posee un capital social particular, el cual está basado en los recursos materiales y simbólicos que dispone gracias a su red de relaciones directas, (es decir, las relaciones del individuo con otras personas) y de relaciones indirectas (las relaciones que tienen otras personas con los contactos directos del individuo), las cuales pueden ser usadas en un momento determinado para lograr la consecución de un fin (Piselli, 2003) Todos movemos nuestros contactos a la hora de conseguir un trabajo, de encontrar apoyo económico para un nuevo proyecto o de necesitar a alguien que cuide a nuestros hijos. Cada uno tiene un número y unas características particulares de las relaciones que ha construido a lo largo de su vida a partir de la familia, los espacios educativos, el trabajo, los amigos y vecinos.


El capital social: recurso colectivo

Cada sociedad, comunidad, organización e institución posee un capital social que se basa en las relaciones que ha construido en conjunto y además hace uso de las relaciones que posee cada individuo que hace parte de esta unidad.

El capital social colectivo tiene características de bien público ya que sus beneficios no sólo repercuten sobre quienes ayudaron a crearlo sino que se extienden a otros (Piselli, 2003). Es importante tener en cuenta que el beneficio del capital social siempre será limitado. Para explicar estos dos elementos pondré el siguiente ejemplo:

En un canal de televisión comunitaria están preocupados por la inseguridad que se ha generado en un sector del barrio y deciden hacer contacto con la estación de policía más cercana. Un agente interesado en el tema se presta para hacer una serie de programas a través del canal para recomendar a los residentes del sector cómo manejar estas situaciones, qué acciones preventivas se pueden ejecutar y se forma un frente cívico de seguridad gracias al interés y a la colaboración de los televidentes.

A pesar de que la iniciativa la tomó el canal comunitario y los beneficiarios directos de esta acción son los afiliados al sistema de televisión, el beneficio se extiende a todos los residentes del sector al mejorar las condiciones de seguridad. Pero este beneficio será limitado en el sentido en que sólo será efectivo para las personas que viven en el sector y para los que transiten por él.

En las sociedades pequeñas el capital social beneficiará a todos sus miembros, pero dentro de las lógicas del mercado el capital social colectivo se convierte en un bien selectivo que favorece a grupos específicos con fines específicos (grupos étnicos, religiosos, políticos, sociales, locales, etc).

Capital social de vinculación informal

Son aquellas relaciones que se establecen directamente entre sujetos sin la intervención de una institución. Por ejemplo, los amigos del barrio o la relación que se construye con el portero del edificio.

Capital social de vinculación formal

 Está determinado por la institucionalización de las relaciones. Se hace evidente cuando un sujeto se inserta dentro de una institución, como un club, una asociación, una fundación, y a través de ello fundamenta sus relaciones. Esto tendrá relación con el “capital social de solidaridad”, el cual se expondrá más adelante. Capital social orientado hacia lo público Son las relaciones creadas con el objetivo de generar un beneficio público. Los beneficios que conllevan estas asociaciones están dirigidas hacia el bien común. Por ejemplo, una fundación que está interesada en la calidad de la nutrición de los niños.

Capital social orientado hacia lo privado

Son las relaciones creadas con el objetivo de generar un beneficio a quienes participan directamente de la relación. Por ejemplo, una persona cuando está buscando un trabajo mueve su capital social en beneficio propio. Algunas veces, aunque la intención inicial sea lograr un beneficio privado, las acciones que se llevan a cabo pueden generar beneficios a agentes externos a la relación; esto se puede dar por las características de bien público del capital social.

Capital social denso y diluido

Consiste en la fortaleza, la frecuencia y el número de las relaciones sociales que posee un sujeto. Dependiendo de los valores de estas características y la efectividad de las relaciones para lograr los fines propuestos, se hablará de capital social denso o diluido.



Clases de Capital Social
 
Dependiendo del mecanismo de formación, el capital social puede ser clasificado de dos maneras: capital social de solidaridad y capital social de reciprocidad.
 
 El capital social de solidaridad “Se basa en ese tipo de relaciones sociales que surgen, o son sostenidas, gracias a grupos cohesionados cuyos miembros están ligados unos a otros de un modo fuerte (...) y duradero, y por lo tanto es previsible que actúen según principios de solidaridad de grupo” (Pizzorno, 2003: 30)
 
El capital social de reciprocidad se puede clasificar de dos formas: de confianza interna o de confianza externa.
 
El capital social de solidaridad de confianza interna se da cuando las dos personas que hacen parte de la relación pertenecen al mismo grupo y actúan bajo las mismas obligaciones de solidaridad (Pizzorno, 2003: 30).
 
Por ejemplo: en una comunidad religiosa donde se exaltan los valores de honestidad y generosidad, un individuo le pide a otro que le facilite un dinero. El otro se lo entrega y tendrá confianza en que éste sea retribuido basándose en que comparten el mismo principio de honestidad el cual ha sido impartido por el grupo al que pertenecen. Además, en caso que el individuo incumpla la promesa de pagar su deuda, la comunidad religiosa podrá hacer uso de sus recursos de poder (puede llamarlo para darle consejo o en el peor de los casos puede expulsarlo), para poner en cintura esta situación.

El capital social de solidaridad de confianza externa se da cuando un individuo que participa de la relación pertenece a un grupo cohesionado y el otro no hace parte del grupo pero sabe que éste pertenece a ese grupo el cual puede presionarlo, premiarlo o castigarlo, material o simbólicamente, para que cumpla con sus obligaciones.

El capital social de reciprocidad

Para que se forme este tipo de capital social no hace falta la presencia de un grupo cohesionado, “Sólo será necesario asumir que cuando una persona instaura una relación de cierta permanencia con otra, es previsible que tengan lugar ciertos intercambios de ayuda o de información entre las dos” (Pizzorno, 2003: 32)

Pizzorno hace una clasificación de capital social de reciprocidad basado en cinco formas básicas:

a) Son capital social las relaciones que establecen una posible cooperación entre dos o más personas con fines comunes.

b) Son capital social las relaciones a través de las cuales un empresario o una empresa intenta ampliar o afianzar su clientela y para ello difunde información exaltando sus cualidades.

c) Una forma típica de capital social es la relación en la que una persona presta su ayuda a otra sin pedir o recibir nada a cambio. Esto es lo que llamamos en antropología reciprocidad generalizada: “Hoy por ti mañana por mí”. Es una reciprocidad diferida, es decir que quien ha dado espera recibir algo a cambio algún día, aunque no se fije algo preciso ni un tiempo determinado. Para Putnam esta es la forma que más construye capital social: “Si no tenemos que compensar cada intercambio al instante, podremos realizar muchas más cosas (...) La interacción frecuente entre las personas tiende a generar una norma de reciprocidad generalizada” (Putman, 2002: 18) De este tipo de relación surgen dichos como “tengo lo que he dado” o “atado en gratitud”, con lo cual se expresa la esencia de esta forma de relación y la implicación de control que conlleva.

 d) Otra forma de movilización de capital social es aquella en la que una persona ayuda a otra porque esto aumentará el prestigio de la unidad al cual pertenecen. Este grupo al cual pertenecen es una comunidad de referencia que no es lo suficientemente cohesionado como para premiar o castigar. Por ejemplo, un colombiano en Miami hospeda a otro colombiano que acaba de llegar a la ciudad y no tiene dónde alojarse. El ser colombiano no es una referencia fuerte del otro, pero al ayudarlo siente que está ayudando al país.

e) La última forma de capital social de reciprocidad es cuando una persona ayuda a otra o a una institución, porque se siente obligado por un principio universalista: ayudar al prójimo, es decir, actúa según su conciencia. No se prevé una recompensa directa ni indirecta, no actúan mecanismos de solidaridad ni de reciprocidad y su identidad no es reconocible por el otro.

A esta clasificación planteada por Pizzorno, debemos suma los planteamientos de Putnam. Este autor construye unos conceptos clave para mirar el capital social y se pueden cruzar con lo expuesto por Pizzorno.

Bonding (que cementa) es el tipo de capital social que se genera entre dos sujetos pertenecientes a un grupo. Tiende a crear y fortalecer los lazos al interior de un grupo.

Bridging (que puentea) es el tipo de capital social que se genera entre dos grupos y sus relaciones son horizontales. Tiende a crear y fortalecer lazos hacia fuera del grupo.

Linking es el tipo de capital social que se construye cuando un grupo entra en relación con un sujeto (individual o colectivo) que posee mucho poder. Esta es una subcategoría del Bridging.


Bibliografía

KLIKSBERG, B. (1999) “Capital Social y Cultura, claves esenciales del desarrollo”, en:Revista de la CEPAL, 69: 85-102

PISELLI, F. (2003) “Capital social: un concepto situacional y dinámico”, en: C. Trigilia,El capital social. Instrucciones de uso, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina: 53-88

PIZZORNO, A. (2003) “Por qué pagamos la nafta. Por una teoría del capital social”, en: C. Trigilia, El capital social. Instrucciones de uso, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina: 19-51

PUTNAM, R. (2002) Solo en la bolera: colapso y resurgimiento de la comunidad norteamericana, Barcelona, Galaxia Gutenberg, Circulo de Lectores.

TRIGILIA, C. (2003) “Introducción: retorno a las redes”, en: C. Trigilia, El capital social. Instrucciones de uso, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina: 7-18

TRIGILIA C. (2003) “Capital social y desarrollo local”, en: C. Trigilia, El capital social. Instrucciones de uso, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina: 123-155

http://www.scribd.com/doc/32351888/Capital-Social-Definicion-y-Concepto